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domingo, 9 de mayo de 2010

QUÉ DEBEMOS ESPERAR DEL BOLILLO GÓMEZ?

Los medios de comunicación escuchamos hace unos días a Hernán Darío Gómez, nuevo director técnico de la selección Colombia, de hablar sobre el lineamiento que se debe establecer con los comentaristas deportivos para así, llevar de la mano a nuestro combinado patrio por las sendas de la clasificación a Brasil 2014.
La idea no es descabellada pero, se deben tener claras las posiciones entre los bandos para no caer en un juego maquiavelico que perjudique los objetivos que se empezaron a trazar desde el pasado 6 de mayo cuando el Bolillo asumió en priopiedad la batuta de esta sinfonía. Los medios cumplimos nuestra función, eso esta claro porque es nuestro derecho, informar es nuestro principio básico. Las cosas que se hacen bien se deben aplaudir pero las que no, se deben criticar de tal forma que no vulnere los desafíos impuestos para un objetivo a largo plazo.
La misión es simple: debemos clasificar al mundial pero es el cuerpo técnico y los jugadores quienes deben alcanzar esa meta, los periodistas no entramos a la cancha a conseguir los resultados, más bien cumplimos con la obligación de informar. Se podría decir que pudiese existir un veto pero sé que no será así, ya que sabemos el potencial de nuestro técnico conocido por todos tras su hoja de vida. Debemos construir sobre las ruinas babilónicas de un fútbol colombiano que ha decaido en los ultimos años, hemos desaparecido del mapa internacional y eso lo hemos podido evidenciar en las participaciones de nuestros equipos en los diferentes torneos a nivel continental y la Federación colombiana de fútbol es consciente de lo que sucede, su presidente Luis Bedoya, y el Comité Ejecutivo han asumido su responsabilidad queriendo darle un nuevo giro al manejo de nuestro fútbol. El Bolillo será la solución? no lo sabemos pero es importante que se empiece a trabajar dejando atrás sinsabores que tienen las aspiraciones de nuestro fútbol en el baúl de los recuerdos.
El balance es pobrísimo desde 1998 para acá, última vez que participamos en un mundial; más sin embargo, la prensa ha sido condescendiente tras las actuaciones nacionales pero esto no implica que no se haya dicho lo que corresponde siempre bajo el principio del respetuo mutuo, no en todas las ocasiones es verdad, pero es de esta manera que se llega a algo. Hasta el momento las malas decisiones han sido la comidilla de los ratones de laboratorio que han generado malestares en el corazón mismo de nuestro seleccionado de fútbol creando incertidumbre e incredulidad.
No se mal entiendan las críticas, los medios de comunicación estamos para servir no para destruir, habrán desavenencias claro que sí, como las hubo en el pasado, no todo es esplendor y no todos los periodistas son bien intencionados más sobre todo con el Bolillo que en más de una oportunidad se ha envuelto en polémicas con muchos colegas, por diferentes razones no vale la pena recordarlas, pero sí se tratará de hacer un trabajo pulcro en donde se evite la guerra sucia entre las partes, ya se dio el primer paso y las cartas están sobre la mesa lo que queda es muy simple tener los pantalones suficientes para enrutar el sueño mundialista.
La afición espera con gran efervescencia grandes resultados; los cronistas deportivos y la prensa en general trabajaremos incansablemente para rodear al cuerpo técnico y los jugadores con la verdad, que no será absoluta pero que a su vez tratará de no ser mal intencionada, lo importante es que sintamos la camiseta como nuestra y que la guerra sea en el campo de juego en donde el resultado sea ganar, empatar o perder pero siempre encaminado a un bien común.
Por lo pronto el primer reto comienza a finales de este mes donde seremos sparring de Sudáfrica y Nigeria, en Johannesburgo. Buen viento, buena mar.