“Este pasito se baila como yo quiero” parecía ser la consigna del líder Cortuluá antes de la octava fecha del torneo de ascenso de la B, pues ningún equipo había podido arrebatarle de sus narices los puntos a que tienen derecho los equipos cuando se empata o gana. El perder hasta el domingo era una palabra que los vallunos no conocían pues en su “Biblia” del fútbol pasaba de la O a la Q sin reparo alguno y por tal motivo, siempre conseguían buenos dividendos tanto de local como de visitante.
No hay que desmeritar eso sí, el trabajo técnico y táctico de Fernando Velasco quien al son de una rica salsa, unos buenos condimentos de gallardía por parte de sus jugadores y un exquisito postre en el entremés de cada partido, le permitía conseguir los resultados que hoy por hoy lo tienen en la punta del liderato del torneo de la B.
Pero como hacen los toreros al final de una faena, Bogotá entró a matar y en 90 minutos liquidó a un animal que había sido indultado en 7 oportunidades por lo bravo que había salido. Los hinchas clamaron para que Bogotá recibiera 2 orejas y el rabo, máximo honor que se le puede ofrecer a un matador, pero el presidente del palco reconoció una oreja no más por el único gol alcanzado. Cortuluá que alcanzó 17 de los 21 puntos en disputa con 7 salidas al ruedo, no pudo conseguir esta vez el perdón y perdió así, sus tres primeros puntos ante una hinchada que apostaba por verlo sacar un buen marcador, esta vez en condición de visitante.
Las temporadas taurinas en Bogotá y Manizales habían quedado pequeñas ante lo que ofrecía el equipo del corazón del Valle pero fue poner el pie 2600 metros más cerca de las estrellas para que un león saliera de la orbita terrestre, matara y se comiera en su ley a un encopetado Cortuluá que la guerreó hasta el último minuto; ahora Expreso Rojo se acercó con fuerza y está a un solo punto de alcanzarlo, pero recuerden que Jesús una vez le dijo a Lázaro: levántate y anda. Los roji verdes sufrieron su primera estocada pero pueden resucitar y volver a levantarse para bailar a ritmo de champeta como lo venían haciendo durante todo el torneo.
No hay que desmeritar eso sí, el trabajo técnico y táctico de Fernando Velasco quien al son de una rica salsa, unos buenos condimentos de gallardía por parte de sus jugadores y un exquisito postre en el entremés de cada partido, le permitía conseguir los resultados que hoy por hoy lo tienen en la punta del liderato del torneo de la B.
Pero como hacen los toreros al final de una faena, Bogotá entró a matar y en 90 minutos liquidó a un animal que había sido indultado en 7 oportunidades por lo bravo que había salido. Los hinchas clamaron para que Bogotá recibiera 2 orejas y el rabo, máximo honor que se le puede ofrecer a un matador, pero el presidente del palco reconoció una oreja no más por el único gol alcanzado. Cortuluá que alcanzó 17 de los 21 puntos en disputa con 7 salidas al ruedo, no pudo conseguir esta vez el perdón y perdió así, sus tres primeros puntos ante una hinchada que apostaba por verlo sacar un buen marcador, esta vez en condición de visitante.
Las temporadas taurinas en Bogotá y Manizales habían quedado pequeñas ante lo que ofrecía el equipo del corazón del Valle pero fue poner el pie 2600 metros más cerca de las estrellas para que un león saliera de la orbita terrestre, matara y se comiera en su ley a un encopetado Cortuluá que la guerreó hasta el último minuto; ahora Expreso Rojo se acercó con fuerza y está a un solo punto de alcanzarlo, pero recuerden que Jesús una vez le dijo a Lázaro: levántate y anda. Los roji verdes sufrieron su primera estocada pero pueden resucitar y volver a levantarse para bailar a ritmo de champeta como lo venían haciendo durante todo el torneo.
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