A pesar de que la mía no es historia, no la empezaré hablando de la extinción de los dinosaurios o la genealogía de los ascendientes de Noé como acostumbran hacerlo los empíricos periodistas deportivos de nuestro país que son en definitivas nuestros prototipos. Tengo infinidad de motivos para no hacerlo a las que callo para respetar el estilo propio de cada quien. Diré solamente que los sucesos de mi narración pasan por los años gloriosos del fútbol colombiano en su categoría B, estamos a 20… un año con mucho significado para la humanidad ya que los tiempos nos dicen que las tragedias por causa de la naturaleza se incrementaron y que hoy más que nada se valora el significado de la palabra VIDA.
El fútbol para muchos es sinónimo de alegría y tristeza por los triunfos o derrotas de su equipo favorito, más aún cuando se llega a las instancias finales de un torneo que en principio fue criticado por su falta de organización pero que con el tiempo matizó aspectos relevantes que le dieron categoría. Vivir detrás de la barrera la gran final del rentado colombiano en su categoría B, es acercarse 2600 metros más cerca de las estrellas como dice el adagio popular para aquellos que visitan la Atenas Suramericana, permitiendo así, al Bajo Cauca y al Cúcuta Deportivo ir por la de oro, es decir, ascender al Torneo de la A.
Será una lucha cruzada de 22 hombres armados de un uniforme y guayos que pisarán con violencia el gramado del Estadio Orlando Aníbal Monroy de Caucasia el próximo 3 de diciembre y luego el General Santander el 11 del mismo mes. Los guerreros clavaran los taches y tratarán de hacer respetar su territorio, se lanzarán en plancha tras la esférica y saltarán sin titubear un solo instante para cabecear al arco y fusilar desde cualquier flanco a los encopetados arqueros que armarán murallas que eviten la caída en contra de la red que custodian y ofrecerán una alabanza al todopoderoso para que al final de la lucha los conduzca por el sendero de la victoria.
Los coros celestiales de los aficionados no callarán, todo el público asistente podrá reclamar a sus deudos los crípticos sonidos; el honor de marcar un tanto que dará los tres puntos a los hombres de Oswaldo Durán o de Álvaro de Jesús Gómez será la mayor recompensa que puedan obtener en la búsqueda del tesoro perdido al mejor estilo de Robin Hood.
Los dos equipos utilizarán las mismas armas que les han servido para imponerse a sus rivales en la fase semifinal, atrás quedaron imperios Académicos, Patrióticos, Rionegrinos, Tulueños, etc.; ahora Cúcuta Deportivo y Bajo Cauca asumirán un reto al mejor estilo de la novela de Tolkien; como Frodo, el personaje imaginado por el autor de “El Señor de los anillos”, quien debía acudir hasta las puertas de Mordor, el territorio del Señor Oscuro que quería acabar con el bien de su mundo, y penetrar en su propio reino para destruirle el anillo en sus propias barbas, así tienen que hacer estos conjuntos para llevarse el título de campeón del campeonato en su versión XVI. Que gane el mejor!!!!
El fútbol para muchos es sinónimo de alegría y tristeza por los triunfos o derrotas de su equipo favorito, más aún cuando se llega a las instancias finales de un torneo que en principio fue criticado por su falta de organización pero que con el tiempo matizó aspectos relevantes que le dieron categoría. Vivir detrás de la barrera la gran final del rentado colombiano en su categoría B, es acercarse 2600 metros más cerca de las estrellas como dice el adagio popular para aquellos que visitan la Atenas Suramericana, permitiendo así, al Bajo Cauca y al Cúcuta Deportivo ir por la de oro, es decir, ascender al Torneo de la A.
Será una lucha cruzada de 22 hombres armados de un uniforme y guayos que pisarán con violencia el gramado del Estadio Orlando Aníbal Monroy de Caucasia el próximo 3 de diciembre y luego el General Santander el 11 del mismo mes. Los guerreros clavaran los taches y tratarán de hacer respetar su territorio, se lanzarán en plancha tras la esférica y saltarán sin titubear un solo instante para cabecear al arco y fusilar desde cualquier flanco a los encopetados arqueros que armarán murallas que eviten la caída en contra de la red que custodian y ofrecerán una alabanza al todopoderoso para que al final de la lucha los conduzca por el sendero de la victoria.
Los coros celestiales de los aficionados no callarán, todo el público asistente podrá reclamar a sus deudos los crípticos sonidos; el honor de marcar un tanto que dará los tres puntos a los hombres de Oswaldo Durán o de Álvaro de Jesús Gómez será la mayor recompensa que puedan obtener en la búsqueda del tesoro perdido al mejor estilo de Robin Hood.
Los dos equipos utilizarán las mismas armas que les han servido para imponerse a sus rivales en la fase semifinal, atrás quedaron imperios Académicos, Patrióticos, Rionegrinos, Tulueños, etc.; ahora Cúcuta Deportivo y Bajo Cauca asumirán un reto al mejor estilo de la novela de Tolkien; como Frodo, el personaje imaginado por el autor de “El Señor de los anillos”, quien debía acudir hasta las puertas de Mordor, el territorio del Señor Oscuro que quería acabar con el bien de su mundo, y penetrar en su propio reino para destruirle el anillo en sus propias barbas, así tienen que hacer estos conjuntos para llevarse el título de campeón del campeonato en su versión XVI. Que gane el mejor!!!!
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