En Colombia, los aficionados al fútbol hemos entendido poco a poco que la categoría de la B es tan importante como la A, la pasión que se genera rebasa fronteras permitiendo así, que los medios de comunicación informen oportunamente los hechos relevantes de los partidos fecha tras fecha.
Más allá de ese cubrimiento del que tanto hablamos los periodistas surgen tras bambalinas imágenes para la historia de gran recordación que hace elevar el status del campeonato.
Los medios de comunicación colaboran con dicho proceso convirtiendo en espectáculo lo que se ve dentro de la cancha, mostrándolos como defendibles y aceptables; en nuestro país hemos visto una evolución para asimilar lo que ocurre, con historia y un manejo adecuado de la información.
La preocupación por la investigación y el conocimiento de los temas que conforman el conjunto de una “sociedad” como la B, han hecho que nosotros adoptemos un propio lenguaje para aquel que recibe el mensaje.
La profundidad en el cubrimiento de los temas y la adopción de una terminología apropiada y adecuada, hacen que los hinchas consideren la neutralidad y objetividad que los medios pregonan.
Este ambiente de alegría y júbilo ha salido vencedor ante la democracia del fútbol que ha hecho sus intentos para ser escuchada. Los noticieros, la prensa escrita y la radio colaboran de manera decidida con un proceso que garantice la verdad absoluta en los resultados de la B, ya que se dedican a darle publicidad al campeonato encabezando su emisión con noticias reales.
Por esto, las exigencias que sobre nuestro desempeño se hacen por parte de los aficionados, se corresponden con expectativas y esperanzas en una sociedad que se reconoce privada de una conciencia individual, colectiva e histórica; este es el reto que nos lanzan: reto que puede ser enfrentado por nosotros mismos.
Más allá de ese cubrimiento del que tanto hablamos los periodistas surgen tras bambalinas imágenes para la historia de gran recordación que hace elevar el status del campeonato.
Los medios de comunicación colaboran con dicho proceso convirtiendo en espectáculo lo que se ve dentro de la cancha, mostrándolos como defendibles y aceptables; en nuestro país hemos visto una evolución para asimilar lo que ocurre, con historia y un manejo adecuado de la información.
La preocupación por la investigación y el conocimiento de los temas que conforman el conjunto de una “sociedad” como la B, han hecho que nosotros adoptemos un propio lenguaje para aquel que recibe el mensaje.
La profundidad en el cubrimiento de los temas y la adopción de una terminología apropiada y adecuada, hacen que los hinchas consideren la neutralidad y objetividad que los medios pregonan.
Este ambiente de alegría y júbilo ha salido vencedor ante la democracia del fútbol que ha hecho sus intentos para ser escuchada. Los noticieros, la prensa escrita y la radio colaboran de manera decidida con un proceso que garantice la verdad absoluta en los resultados de la B, ya que se dedican a darle publicidad al campeonato encabezando su emisión con noticias reales.
Por esto, las exigencias que sobre nuestro desempeño se hacen por parte de los aficionados, se corresponden con expectativas y esperanzas en una sociedad que se reconoce privada de una conciencia individual, colectiva e histórica; este es el reto que nos lanzan: reto que puede ser enfrentado por nosotros mismos.
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